Amarrar Correctamente:
La ciencia de los materiales
La selección de los materiales de los cabos de amarre es fundamental debido a su impacto directo en la seguridad de su embarcación y de las que la rodean. Aquí haremos especial énfasis en las propiedades específicas de los diferentes materiales. Los cabos utilizados para amarrar la embarcación deben permitir suficiente alargamiento, también llamado “estiramiento”, unido a una alta carga de rotura y resistencia al desgaste. Además, deben ser fáciles de manejar, una cualidad que la gente de mar denomina «laborear». El poliéster y la poliamida son los materiales más utilizados para estos cabos, aunque el polipropileno también puede ser adecuado en determinadas situaciones.
Los cabos utilizados para amarrar la embarcación deben permitir suficiente alargamiento, también llamado “estiramiento”, unido a una alta carga de rotura y resistencia al desgaste. Además, deben ser fáciles de manejar, una cualidad que la gente de mar denomina «laborear». El poliéster y la poliamida son los materiales más utilizados para estos cabos, aunque el polipropileno también puede ser adecuado en determinadas situaciones.
¿QUÉ MATERIALES SON ADECUADOS PARA AMARRAR LA EMBARCACIÓN?
A. POLIESTER (PES)
El poliéster, a menudo abreviado como PES y también denominado dacrón, es famoso por su durabilidad y resistencia. Es resistente a los rayos UV y a la abrasión, lo que lo convierte en una opción popular para uso náutico. Sin embargo, un inconveniente del poliéster es su limitada elasticidad, lo que hace necesario el uso de sistemas de amortiguación adicionales en combinación con amarres de este material.
B. POLIAMIDA (PA)
La poliamida, comúnmente abreviada como PA y también conocida como nailon, tiene más elasticidad que las fibras de poliéster de mayor calidad. Esta característica hace que la poliamida sea especialmente adecuada para situaciones que impliquen cargas repentinas sobre los puntos de amarre. Sin embargo, el nailon es susceptible a la radiación UV, por lo que requiere inspecciones y mantenimiento periódicos. Podemos encontrar en el mercado cabos que combinan tanto fibras de poliéster como de poliamida, aprovechando la sinergia de ambos materiales para mejorar el rendimiento.
C. POLIPROPILENO (PP)
También tendremos disponibles amarras fabricadas con polipropileno (PP). Sin embargo, este material tiene poca resistencia a la radiación solar y la abrasión. Por lo tanto, solo será recomendable su uso cuando busquemos que la característica principal de la amarra sea su flotabilidad intrínseca.
¿QUÉ CONFECCIÓN ES LA MÁS ADECUADA PARA LAS AMARRAS DE LAS EMBARCACIONES DE RECREO?
La confección de estos cabos es tan importante para determinar sus propiedades como el propio material del que están hechos. Por confección se entiende la disposición técnica de las fibras a la hora de formar el cabo. Éstas son algunas de las confecciones más recomendadas para los cabos de amarre:
A. CABO TRENZADO
El cabo trenzado, también llamado soga retorcida, consta de tres hebras, conocidas como "piños" o “componentes” retorcidas unas, alrededor de las otras. Esta confección es útil por su facilidad para hacer costuras y elasticidad. Sin embargo, sus principales inconvenientes son una alta plasticidad o facilidad para deformarse y su elasticidad.
B.CABO CUÁDRUPLE
En la confección cuádruple, se trenzan cuatro hebras, lo que da como resultado un cabo muy flexible y elástico. Esta confección es fácil de cubrir con fundas y estibar, y es muy resistente a la torsión. Sin embargo, puede ser propenso a deshilacharse.
C.TRENZADO EN ESPIRAL
Esta estructura corresponde técnicamente a la del hilo en láminas. El resultado es un cabo muy robusto y flexible. Su elongación varía en función del material utilizado, pero suele ser ligeramente inferior al de una confección en cuádruple.
Tenga cuidado con la posible confusión entre los cabos de escota y de amarre, ya que comparten una confección similar.
¿CÓMO COMPROBAR EL DESGASTE DEL CABO Y CON QUÉ FRECUENCIA HAY QUE CAMBIARLO?
La seguridad de una embarcación depende en gran medida de la integridad de sus amarras. Por ello, es fundamental inspeccionarlos periódicamente para detectar signos de desgaste.
Los cabos son elementos propensos al desgaste. Reducir gastos aquí es reducir gastos en el lugar equivocado.
A. INSPECCIÓN VISUAL
Los cabos deben someterse a inspecciones periódicas para detectar signos visibles de desgaste, como abrasiones, desgarros, rigideces o deshilachados. Debe prestarse especial atención a las zonas en las que los mismos entran en contacto con zonas de fricción como guía cabos y cornamusas o bitas. No es aconsejable limitarse a dar la vuelta a los cabos, ya que esto simplemente reubica la zona debilitada en otra parte del mismo.
B. COMPROBACIÓN POR TACTO
Al pasar las manos por las amarras, se pueden detectar protuberancias o engrosamientos que podrían sugerir daños internos, sobre todo en el caso del trenzado en espiral. Cualquier sección que presente tales anomalías justifica un examen más detenido. En caso de duda, es mejor sustituir la amarra directamente.
C. FECHA DE SUSTITUCIÓN
La vida útil de un cabo varía en función de factores como el uso, las condiciones meteorológicas a las que está expuesto y el mantenimiento. Como pauta general, es aconsejable sustituir el cabo cada dos o cinco años, incluso en ausencia de daños visibles. Esto ayuda a minimizar el riesgo de que surjan problemas inesperados.